viernes, 14 de marzo de 2014

Jabón artesanal

El jabón ha sido siempre un artículo de primera necesidad y lo sigue siendo hoy en día. Aunque con las lavadoras lo
estamos echando en el olvido. Pero todavía se sigue usando en muchos casos. No podemos olvidar esas mujeres que gastaron muchos pedazos en el río y en los lavaderos, dejando solear los trapos en las verdes praderas. Incluso les llevaban la comida a estas muchachas para que no faltaran a su faena de regarlos de vez en cuando, que eran muchos los trapos que tenían tendidos. Al final de la jornada se traían los trapos limpios y transparentes como el sol de mediodía y es que como el jabón casero no hay cosa mejor, lavados en el río y tendidos al sol. Tenemos otra clase de jabón de aceite puro de oliva virgen sin grasas, este sólo se usa para las heridas. Estas dos clases de jabón casero sólo saben hacerlo las mujeres mayores. Ellas aprendieron de verlo hacer a sus madres y abuelas que lo hacían por necesidad para el uso de la casa y no tenían otros medios económicos para poder hacerse con él. Recuerdo ver a mi madre guardar el aceite de todo el año, en este caso los turbios que eran los asientos que se quedaban en el fondo de las vasijas, también la pringue de las matanzas y los aceites usados de todo el año. De esta manera se hacía jabón para todo el año, que era mucho el que se gastaba en una casa. Los dineros andaban escasos para comprarlo, de esta manera todo quedaba en casa, porque la aceituna era propia de nuestros campos. También hay que decir que los molinos de aceite de aquellos tiempos no producían el aceite como los de ahora que lo dejan claro y limpio. Recuerdo que muchas veces teníamos que devolver los bidones al fabricante porque tenía muchos turbios y no estaba en condiciones para comérselo. Lo bueno de este aceite es que no tenía conservantes. Los que no tenían medios para hacer jabón ni para comprarlo lavaban la ropa con grea del lejío, porque no tenían los dos reales que valía un pedazo de jabón. Los primeros pedazos de jabón que se vendieron en el pueblo los vendió un hombre que era ciego de nacimiento y andaba el pueblo como si estuviera en su casa, vendía los pedazos a perragorda. Con la mayor gracia del tacto de sus manos sabía si la moneda era falsa o si era buena, así se ganaba la vida este hombre. Muchos años después una familia numerosa y trabajadora apodada los Boliches, intentaron montar su propio negocio con el jabón, dándole un buen resultado económico. En este negocio trabajaban todos los hermanos. Era una empresa sencilla, sin maquinaria de ninguna clase, todo artesanal. Compraban turbios a precios relativamente bajos para que a ellos se les costeara el negocio que tan sacrificado y penoso era. Ya que tenían que salir de un pueblo a otro vendiendo la mercancía con sus propias caballerías y soportando las inclemencias del tiempo. Este negocio se lo montaron muy sencillamente, sólo se compraron una caldera de mediano tamaño para ir aprendiendo de su negocio hasta llegar a ser grandes profesionales. De esta manera marchaba la empresa muy bien y todo quedaba en casa. Pero las cosas fueron cambiando y la artesanía ya no era rentable sólo por la mano de obra que necesitaba. Surgió nueva maquinaria para trabajarlo y medios de transportes para su venta. Como ha ido pasando con todos los negocios, los grandes se han comido a los pequeños. El producto artesanal resulta muy costoso aunque sea de mejor calidad. Para hacer jabón casero necesitamos: 6l de aceite, 6l de agua, 1kg de sosa caústica, lejía y detergente en polvo. Al aceite le añadimos la sosa disuelta en el agua y comenzamos a mover. Echamos el detergente en polvo y la lejía y no paramos de mover (siempre en la misma dirección) hasta que el jabón espese. Cuando esté listo lo dejamos reposar entre 24-48 horas hasta que se ponga duro. Y ya lo podemos cortar en trozos del tamaño que queramos. Si quieren mas información de como se hace el jabón pueden contactar con María Salas Mesa que ella les dará la solución.

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