miércoles, 27 de marzo de 2013

La Sanidad en nuestro pueblo

Hoy vamos ha hablar como hemos ido mejorando en estos últimos años cuanto a la sanidad se refiere. Yo diría que hace muchos años que nuestro pueblo tiene un servicio que ya lo quisieran tener otros pueblos. Tenemos unos médicos muy trabajadores y amables para la gente, tomándose muy en serio su trabajo y cumpliendo con su deber. Cuando viene un suplente no nos sentimos satisfechos con su trabajo. Igualmente les pasa a ellos con nosotros que ya nos conocen a fondo. En una palabra, en la mayoría de los casos nos tratan como si fuéramos de la familia. Por ejemplo nuestra querida farmacéutica Concha Bravo que podemos decir que se ha criado entre nosotros teniendo en cuenta que lleva más de 30 años al servicio del pueblo. Una mujer servicial, amable y encantadora donde las haya, ella no se queda atrás. Recuerdo muy bien los primeros años de quedarse con la farmacia cuando aun ella era muy joven y que no sabía como le podrían ir las cosas porque era un pueblo muy pequeño. Pero Concha se armo de valor y coraje y de esta manera las cosas le han ido rodando y ha encajado de maravilla con la gente de Beas. Y así lleva en el pueblo desde 1981 hasta la hora presente, cada día con más ilusión y ganas de vivir. Una mujer que no la echaremos nunca en el olvido por su buen comportamiento en el trabajo de cada día. Y que estos renglones sirvan como homenaje a Concha Bravo Díaz. La misma suerte le deseamos a ese personal sanitario que le ha acompañado durante tantos años, y que son muchos y buenos. Como también hay que decir de aquellos médicos de antes que no lo pasaron muy bien por circunstancias de la vida. Recuerdo muy bien de aquel médico de Beas vecino del mismo que tenía que atender tres pueblos todos los días, Beas, Huetor y Dudar. Y con la carretera en malas condiciones aun sin puente en el río de Beas. El sueldo de este hombre era compensado con el grano que se recogía en nuestros campos. Una cuota que se pagaba al cabo del año. Según el número de personas que había en la casa así se pagaba de kilos de grano. Si era familia numerosa 44 kilos de trigo, si era un matrimonio con poca familia 22 kilos, sólo por las visitas del médico. Si necesitaba medicamento este corría por cuenta del paciente en la mayoría de los casos. Con la mayor gracia que aquí no había farmacia y teníamos que ir a Huetor que era la que había más cerca, muchas veces a música de talón porque había pocos medios de transporte. Unos años después este médico se fue a Huetor y cuando se ponía alguna persona enferma en Beas se preparaba una caballería muy bien hateada, con su manta para que este hombre viniera lo más cómodo posible. Si era un enfermo que podía andar este iba por su propio pie. Las mujeres embarazadas eran atendidas por una mujer experta y de confianza que era la encargada de asistir al parto. Todo esto y muchas cosas más que debía de contar solo por ver lo que hemos mejorado en todos los aspectos de la medicina. Lo que si me gustaría que sigamos avanzando cada día más y que todos tengamos trabajo. Por que dicen que el trabajo es salud. Un cordial saludo y que sigan muchos años con nosotros. Pero que no tengamos que molestar mucho que es buena señal.

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