lunes, 20 de agosto de 2012

Las fiestas de Beas de Granada en los años 70

Las fiestas de los años 1970 cuando ya empezamos a respirar hondo. Por el motivo de que ya habían pasado los años más malos de nuestra vida y que todo el mundo estaba bien situado en sus trabajos y con ganas de divertirse porque tenia un duro en el bolsillo para lo que le hiciera falta. Fue cuando empezamos a disfrutar de la vida los mayores y los jóvenes de aquellos tiempos como lo siguen haciendo hasta la fecha de hoy. Empezamos dandole un nuevo giro de buen gusto a nuestras fiestas. Organizando aquellas novilladas de las que tanto nos divertían los tres días de fiestas. Y que al final , estos novillos eran sacrificados y su carne era repartida entre los vecinos del pueblo, pagando lo que valía cada kilo. Una carne tierna y buena. Recuerdo la primera vez que se hicieron toros en el pueblo que se atrevieron trayendo un toro llamado “Caracol” de 5 años de esos perros viejos que se las saben todas y la plaza hecha de palos amarrados. La que iba deshaciendo la plaza por donde quiera que estaba. El torero aficionado era vecino de Quentar que quería hacerse torero a toda costa. Pero estuvo a punto de costarle la vida. Ya se pueden imaginar una plaza pequeña, sin ayudantes de ninguna clase incluso sin picadores. Un toro de este tipo y una plaza muy pequeña por donde quiera que miraba tenía el torero delante y enganchado de los cuernos y sin nadie que lo defendiera. Hasta tal punto de que se prepararon la guardia civil para matarlo con los fusiles. Teniendo la buena fortuna y acierto de darle una gran estocada mortal. La que acabo con aquella pesadilla y mala tarde que nos hizo pasar el dichoso toro. De allí en adelante se traían novillos de dos años que tenían menos peligro. Hay que decir que las fiestas eran organizadas por el ayuntamiento, y que se hacían en el recinto del pueblo. El castillo en la plaza de la Iglesia, que por cierto se hacían unos castillos preciosos de los que ya no volveremos a ver más nunca y con la emoción que se hacían. Unas ruedas tan bonitas que te quedabas embobado mirando para arriba con bengalas de todos los colores. Y que subían muy altas y todo su recorrido lo hacían silbando, Que le decíamos la rueda loca por el ruido que armaban subiendo hacia arriba. Otras eran a especie de un muñeco con las piernas abiertas. Algo parecido a las fallas de Valencia. Esto siempre se hacia en la plaza de la Iglesia. Y en cada intermedio de una rueda y de otra la musica tocaba una bonita pieza en la que todo el mundo aprovechaba para bailar, mayores y jóvenes que no querían perderse ni un momento bueno de las fiestas. Porque decían que las fiestas venían solo una vez al año y había que aprovecharlas. Los mayores en las fiestas se ponían un poco rebeldes. Después hemos ido avanzando y mejorando nuestras fiestas en todos los aspectos. En primer lugar se invento lo de echar una vaquilla suelta por las calles del pueblo, para que toda la gente joven disfrutara de ella. Teniendo a los mayores como espectadores, que también disfrutaban de lo lindo. Esta vaquilla el ultimo día de fiestas se sacrificaba para dar una cena a los mayores del pueblo. Como homenaje de su larga vida y de las fatigas que habían pasado para criarnos. También se hacían unos juegos muy bonitos, como corridas de sacos que era muy divertido y coger una moneda del exterior de una salten con la punta de la lengua, ya se pueden imaginar como se ponían de tizne que apenas se le veían los ojos, como romper un pipo lleno de agua con los ojos vendados. Después vinieron los disfraces que también es muy divertido para todo el mundo. Y no digo nada de esa paella de arroz para todo el mundo lo divertido que es ver todos en cola o en fila como los soldados cuando van a coger el rancho y el chusco debajo del brazo. Y todos en familia como si se tratara de un padre que le da un banquete a sus hijos. Desde los años 70 hasta el día de hoy hemos mejorado mucho en todos los aspectos de la vida a paso agigantado. Yo diría que hemos ido demasiado deprisa y nos hemos dejado mucha tierra atrás y lo tenemos todo hecho y nos hemos quedado de brazos cruzados y en el paro la mayoría. Estos años que había trabajo para todo el que quería trabajar y todos tenían un duro en el bolsillo dispuesto para gastarlo. Recuerdo aquellos años en que se hacían la plaza de toros portátil y que se llenaba hasta la bandera de todos los pueblos de los alrededores. Aquí fue cuando se hizo famoso el Fandi toreando dos novillos. A los que le hizo unas faenas impresionantes de las que seguimos recordando. Como los picó, banderilleo y dio muerte de una sola estocada. Los que lo llevaron a la fama hasta el día de hoy que es el mejor poniendo las banderillas. Después las cosas han ido cambiando que no dan permiso ni para torear una mosca. Aquí los toros le daban un gran ambiente a nuestras fiestas y dejaban mucho dinero en el pueblo. Después los toros lo han cambiado por el fútbol. Que son partidos amistosos que no dejan dinero en el pueblo. Y que origina mas polémica en el ambiente. Pero eso es lo que da la viña del Señor. Esto de los disfraces es una forma de divertirse muy bonita para todo el mundo que los ve y trata de adivinar a la persona que va disfrazada y que después le dan el premio al mejor disfraz de las fiestas. Aunque todos los concursantes llevan el premio que les pertenece según el numero de personas que van en grupo. Hasta ahora este premio va valorado en unas espaldillas. Que después se las comen entre el grupo que ha participado y que disfrutan de lo lindo. Y que yo personalmente lo veo bien por el motivo de que todas las cosas que se hacen tienen sus gastos y su trabajo. Si comparamos las fiestas de antes con las de ahora no tienen ni punto de comparación. Con la sencillez que nos divertíamos sin tapujos de ninguna clase y sin nada que ocultar sobre todo la gente joven en aquellos bailes públicos en los que todos participábamos mayores y jóvenes y la gente joven aprendía de los mayores sobre todo el modo de bailar. Y que todavía lo llevamos en la sangre cuando oímos tocar la musica. Nos rejuvenecemos en vida y le damos lecciones a la juventud y con una marcha que no hay quien nos aguante. Sobre todo cuando llegan las fiestas o vamos de viaje. Y yo le diría a estas nuevas generaciones que sienten un poco la cabeza y no se compliquen la vida con cosas que sean peligrosas y que te pueden llevar a la ruina. No solo a ti incluso a todo tu entorno familiar. Hay muchas formas de divertirse sin necesidad de no caer en la tentación del mal. Y hacer caso de los mayores que nos guían por buen camino. No sólo por ser mayores. Porque tienen mucha experiencia de lo que es la vida. Y olvidarse de esa palabra que los mayores están chapados a la antigua. Y a pesar de los años que tenemos a nuestras espaldas también hemos dado pasos equivocados y resbalones de los que nos ha costado trabajo de levantarnos y nos hemos dado cuenta cuando ya no habido remedio. No tener malas amistades que nos lleven al precipicio, relacionarte con buena gente influye mucho en tu vida cotidiana. Incluso en la educación de tus hijos. Hay tantas cosas de las que podemos evitar para ser felices. Y que muchas veces las ignoramos. Y si ver que alguien no lleva buen camino sal a su encuentro. Y no te alegres del mal del vecino, por si el tuyo viene de camino. Haz un bien y no sepas a quien. Si haces un mal guardate de él. Todo esto influye mucho para vivir una vida sana y verdadera.. Si no te acoges a estos buenos consejos tendrás pocos amigos y tus huesos no se te harán muy viejos. Dime con quien andas y te diré quien eres.

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