lunes, 20 de agosto de 2012

Así es mi pueblo y su gente

Así es mi pueblo y su gente del cual nos sentimos muy orgullosos de ser beatos y de nuestras costumbres y tradiciones que hemos usado a lo largo de nuestra historia y que lo llevamos a gala por donde quiera que vamos. Incluso nos enorgullece al decir que somos de Beas. Aunque es un pueblecito pequeño y un poco apartado de la capital. Pero merece la pena conocerlo a fondo y tratar a su gente. Sobre todo a esas mujeres tan trabajadoras y solidarias que se nota la voluntad donde quiera que están y sobre todo cuando llegan las fiestas de nuestro pueblo de las que vamos ha hablar largo y tendido por que son muchos años en los que han colaborado sin recibir nada a cambio. Sólo el cariño y respeto del pueblo, que no es poco. Si lo sabemos valorar. Y como hoy lo tenemos a la vista de todo el mundo. Vamos a empezar desde tiempos atrás. En los que todos los mayores hemos conocido costumbres y tradiciones de nuestro pueblo que para mi gusto eran correctas y buenas. Se hacían unas fiestas económicas y divertidas al mismo tiempo. Esas mujeres que bordaban esas cintas con el nombre de la misma con todo cariño y esmero que para ello requiere. Y de esta manera el caballista o ciclista que se la llevaba sabia el nombre de la dama que la había bordado. Y que guardaba con todo el cariño del mundo como recuerdo de aquellas fiestas. Los hombres también tenían su misión de organizar todo el tinglado de las fiestas que no era poco. Ellos se encargaban de organizarlo todo y de salir por todo el pueblo pidiendo a cada vecino el donativo que cada uno tenia voluntad de dar. Este si que era un trabajo bochornoso de hacer. Por el motivo de que tenían mucha voluntad. Pero no tenían nada de sobra en la casa. Había algunos que te ofrecían grano del que tenían en su casa. Pero todos querían colaborar de la manera que fuera. Pero los que se llevaban la mayor parte del trabajo eran los mayordomos un grupo de hombres que se comprometían a organizar las fiestas de la manera mejor posible y económicamente que se pudiera hacer por el motivo de que la vida estaba difícil para todos en general. Estos hombres trabajaban al menos un mes antes de las fiestas para organizarlo todo y que todo saliera perfecto y económico. Estos hombres y con la ayuda de varios vecinos más se traían las sabinas del monte con sus propias bestias. Para hacer aquellos arcos tan preciosos y bonitos en la entrada del pueblo y en las calles principales y plaza de la Iglesia. En la plaza alta en la entrada del pueblo se hacia una bonita verbena rodeada con estacas de hierro y alambre adornada con sabinas de las mismas, en la que se celebran las fiestas. En esta verbena se le cobraba a todo el que entraba en ella ya fuera del pueblo o forastero. Recuerdo que los primeros años se cobraba un duro y unos años después 15 pesetas. Todo esto era para ayuda de las fiestas. Porque el ayuntamiento no tenia un duro para las fiestas. Todo tenia que salir de la ayuda de los vecinos banda de musica castillo y todo en general. Los músicos eran alojados entre los vecinos del pueblo. Unos años le tocaba a unos vecinos y otros años a otros aunque siempre mayormente los repartían entre los que tenían mas posibles para mantenerlos. El cura y la guardia civil se los repartían entre las autoridades del pueblo. Normalmente los músicos eran de Alfacar porque eran gente de pueblo y se adaptaban a nuestro terreno mejor que los de la capital. Algunos de ellos como el año anterior les había ido bien en la casa que habían estado alojados al año siguiente repetían otra vez. Muchos de ellos viven todavía y me recuerdan lo bien que se lo pasaban en las fiestas de Beas. Porque en su casa las cosa no estaban muy sobradas. De esta banda de musica de los mejores entre ellos escogían una orquesta la que tocaba en la verbena las tres noches que duraban las fiestas. Estos músicos se traían en los burros que llevaban las abulagas a las alfarerías ese era el medio de transporte mas económico que teníamos para que viniesen. Y ellos encantados de venir en los burros. Y cuando llegaban a lo alto de la cuesta de la Ecarada se bajaban de los burros y toda la vega era de ellos Cogiendo membrillos y de todo lo que había en el campo para comérselo. Nadie les decía nada por que eran muy queridos por el pueblo. Lo mismo les pasaba con las niñas que se hacían los amos de ellas en el baile. Que todas se los querían ligar. Lo que no sé si era por el uniforme o por que estaban mas corridos que los demás. Los mayores también se divertían viendo a los hijos en el baile y al mismo tiempo que estaban sentados en una mesa entre amigos o con la familia. En un espacio de la plaza que había dedicado para los mayores y que estaba mas alto que el resto de la plaza. Allí se sentaban en una mesa y en los descansos que hacia la orquesta se invitaban con sus hijos. A turrón del había antes de bloque que por cierto estaba muy bueno aunque estaba duro. Recuerdo lo que valía el pedazo de turrón que cortaban del bloque grande. Valía una peseta. Pero que te hartabas de turrón del bueno. Y que lo pillabas con gana al cabo del año cuando llegaban las fiestas. También había buenos helados de garrafa que estaba muy rico. Entre todo esto y mucha cosas mas. Algunos novios se fugaban en los días de la fiestas. Y un trabajo que llevaban hecho para no perder tiempo. Y otros en la fiestas empezaban sus relaciones. También hay que decir que las fiestas se hacían a mediados de Septiembre o a primero de Octubre. Cuando se había recogido lo que teníamos sembrado en nuestros campos y al mismo tiempo nos habíamos preparado unos dinerillos en la alhucema. Porque en todo el verano no había entrado un duro en la casa. Y había que comprarse ropa para las fiestas. Y de esta manera se cumplía ese refrán que dice que estar en todas las fiestas como el arquista del turrón de fiesta en fiesta. Pero se hacían unas fiestas muy familiares sociables y solidarias. Costumbre que conservamos muy bien. Pero con otra forma diferente de divertirnos. Por que corre mas la money que antes y se gana con menos trabajo y que muchas cosas nos las ponen en bandeja. Como dice el refrán. Se divertía la gente muy sanamente sin rencores todos en buena armonía y todo el que venia a nuestras fiestas se sentía como en su casa. Incluso algunos que tenían grandes amistades se quedaban a todas las fiestas. Por ejemplo los quenteños. Que por cierto eran durillos para la fiesta. Pero para nosotros no era ningún problema que se quedaran porque para estos días en todas las casas se preparaba comida para toda visita inesperada que vinieran a casa. Como en todas las casas había ganado. El mejor choto o borrego que tenias lo dejabas para las fiestas. Además de los dulces que se hacían de todas clases y en abundancia. Así por la comida no había problema. Lo mismo o mas hacían ellos cuando íbamos a su pueblo. Estos dos pueblos eran uña y carne como dice el refrán. Aunque Beas siempre ha sido solidario con todos sus vecinos. De lo que nos sentimos muy orgullos de serlo. Con aquella bonita costumbre de cobrar el piso a todos los forasteros que venían buscando novia. Y que ellos pagaban con mucho gusto. Esto consistía en pagar una combidada generosa a todos los amigos que tenia en el pueblo. Y con esto demostraban que venían con un gran interés en busca de la muchacha. Lo mismo nos pasaba a nosotros cuando íbamos a un pueblo forastero. Hay que reconocer que ibas a por algo que no era tullo. Que tiempos aquellos. Aunque no había dinero y poco que comer. Pero si había buen humor y un gran compañerismo entre las personas. Recuerdo de aquellos bailes tan amistosos. Y como siempre habido hombres de sobra. Los mas atrevidos se hacían amos de las mujeres. Y los mas prudentes no se comían una rosca como dice el refrán. Estos mas prudentes para bailar una pieza se valían de pedir favor para que le concediera una pieza. Había algunos que lo hacían con la idea de de quitarle la novia al amigo. Y como el otro ya estaba mosca. Este no le concedía el baile y de ay venían las trifulcas y peleas que se armaban entre la gente joven. Y con mucha razón porque querían meterse en terreno que no era suyo. Con el trabajo que le había costado de conquistar a esa bella Señorita. Y que venga otro con sus manos limpias y se la lleve. Pues una broma de muy mal gusto. En aquellos tiempos Que hasta besarse era pecado. Pero cuando lo hacían les quedaba un sabor de boca que por muchos años que pasen no se les olvida jamas. Ya de los que se dan después no los tienen tan en cuenta como el primero. Lo mismo pasa con la primera vez que se hace el amor. Aunque yo lo diría de otra manera. Por si acaso no existía el amor entre ambos. Eso ya era mas grave Eso de hacer el amor tiene guasa. Antes si lo hacían los jóvenes era pecado. Si lo hacían los mayores era malo pera la salud. Y a si las pobres mujeres no se comían una rosca cuando ellas tenia gana. En cambio hoy día es todo lo contrario hacer el amor da vida a los mayores. Yo digo que lo que antes era malo hoy sigue siendo malo y lo que era bueno sigue siendo bueno. Pero lo mas bonito y lo mas justo era cuando salia una novia embarazada. Aunque nosotros decíamos la palabra correcta por no pecar. El novio tenia que cargar con los platos rotos como dice el refrán. Le gustara o no le gusta. Eso es lo que había. Pero los hombres de aquellos tiempos estaban preparados y recapacitados. Para afrontar toda clase de problemas que se les viniera encima. A pesar de los malos tiempos que corrían. Aunque tener un hijo para ellos no era problema ninguno al contrario. Decían que los niños venían con un pan debajo del brazo. Y su ilusión era de tener muchos niños. Así era mi pueblo y su gente antiguamente. Sencilla trabajadora honrada y valiente. Esos padres que se dejaban el pellejo por sacar sus hijos adelante. Incluso se quitaban el pan de la boca para dárselo a sus hijos. Estos eran padres responsables y lo demás son tonterías. Como la vida estaba tan mala. Las familias numerosas y con pocos recursos económicos que dependían del triste jornal porque se ganaba poco de jornal y que no había donde ganarlo. Estos lo pasaban muy mal para salir adelante. Había muchachas y muchachos que tenían 14 y 15 años y andaban por la calle descalzos Incluso por el campo y la ropa se la lavaban por la noche por que había pocas mudas que ponerse. Daba pena de ver a esas mujeres con sus pechos ya gordos y ese rigor que vendían salud y belleza por donde quiera que iban. Y que todavía viven algunas que lo pueden contar. Y que después la vida le ha ido a su favor para que disfruten de su matrimonio y de sus hijos. Dándole una vida mejor que la que ellos tuvieron. Y desgraciadamente. Este aire corría para todo el mundo. Y no porque teníamos vicios ni los padres ni los hijos. Y todos trabajando como esclavos. Gracias a Dios que de lo malo pasemos a lo bueno y que lo podemos contar .

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