Antiguamente en este pueblo se hacían unas fiestas muy bonitas en las que no faltaba el buen turrón y el helado de garrafa. Las plazas del pueblo y la Calle Ancha se adornaban con unos arcos hechos de sabina traída de los montes.
En la Plaza Alta se hacia la verbena, allí se cobraba la entrada pero no importaba porque lo pasábamos bien jóvenes y mayores.
Tocaba en aquella verbena una orquesta de Alfacar. Estos músicos eran todos muy pequeños y cómo la vida estaba muy mal y no había medio de transporte se estaban aquí los tres días. Tenían que venir en burra y cuando entraban por el “Collaillo” se bajaban de las bestias y se esparcían por todo el campo porque traían mucha hambre. Cogían membrillos y de todo lo que pillaban.
Cuando llegaban al pueblo las autoridades los estaban esperando para dejarlos en casa de los vecinos. Las autoridades eran el Cura y la Guardia Civil.
Estas fiestas se hacían a último de septiembre o a primero de octubre, cuando se terminaba la temporada de recolección.
Con el tiempo las cosas fueron cambiando y ya los músicos eran pagados por el ayuntamiento y ya no tenían que ser alojados en casas. Así fue pasando el tiempo y la vida evolucionando hasta el día de hoy en el que las fiestas son muy bonitas pero les falta la vaquilla y los toros.
El tema de los toros nos dejo un buen recuerdo, que fue cuando toreo el Fandi junto con el “Platanito” de Beas. Salieron unos buenos novillos pero el Fandi supo aprovecharlos muy bien, puso unas buenas banderillas.
Estas fiestas nuestras quedaran en el recuerdo de todos.
28 de Julio de 2007
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