jueves, 4 de agosto de 2011

NUESTRO PUEBLO HACE 70 AÑOS

Hace 70 años, Beas vivía de la agricultura y el ganado. Lo que había estaba muy repartido entre los habitantes del pueblo, afortunadamente. Gracias a esto y a lo hospitalaria que es su gente, se pudo soportar el tiempo del hambre.
Los menores de la casa eran los que se ocupaban de cuidar al ganado, que era lo que había normalmente en las casas, animales y campo.
El trabajo del campo siempre ha sido muy duro y por ello a los pequeños se les encomendaba la tarea de los animales.
La gente tenia a las afueras del pueblo, en pleno campo los corrales con los animales y se tenían que quedar a su cuidado todo el tiempo. Los mayores les llevaban la comida a los pequeños que estaban al cuidado del ganado. No lo podían dejar sólo porque los lobos se encargaban de no dejar nada.
Cuando el pastor quería dormir un rato se ataba la oveja que llevaba el cencerro más grande para que cuando el ganado decidía emprender la marcha está tirase del pastor y lo despertara.
Cuando empezaba a calentar el sol los pastores volvían al pueblo y llegaba la hora de pelar las ovejas. Esta tarea no era nada fácil, no todos sabían hacerlo. Algunos eran grandes artistas, les sabían hacer unas carreras que parecía que le habían echado la permanente a la oveja.
La agricultura que también era muy dura,ya que no había maquinaria de ninguna clase se tenían que echar muchas horas de trabajo y se ganaba poco jornal algunos obreros cogían siega a destajo para sacar un jornal mas largo, pero estaban todo el día segando de luz a luz .Algunos no veían a sus niños en todo el verano. La mujer le llevaba la comida al campo para que no perdieran tiempo. Cuando terminaban la siega estaba la alhucema y la sabina que era mas duro todavía. Había que levantarse a las tres o las cuatro de la madrugada y sin saber a donde ibas a encontrar careo. Una vez que hacías la carga te esperaba una larga caminata para llegar a tu casa . Íbamos fritos de sed y sin ganas de comer el bocadillo y la boca muy amarga.
Todos estos esfuerzos se hacían porque el invierno era muy largo y no había donde ganar un jornal, salvo la temporada de la aceituna que también era muy dura y penosa porque afortunadamente llovía mucho y nevaba y caían unos hielos muy grandes.
Las mujeres lo pasaban peor porque estaban todo el día arrastradas en el suelo y cuando llegaban a la casa hacían las faenas y preparaban la comida para el día siguiente.
Estas mujeres ayudaban mucho a los hombres en las faenas del campo para entre todos sacar la casa adelante. Eran buenas amas de casa y buenas cocineras económicamente por eso a quedado ese refrán que dice que yo prefiero “la comida de la abuela”.
Aunque parezca mentira había mucha gente que como no había dinero vendía los chotos que criaba para hacerse de un poco de dinero para los gastillos de la casa, por ejemplo azúcar y arroz, pero el que se comía el choto si por ejemplo el choto valía 5 pesetas, por el pellejo le daban 4 pesetas y un pan de cuatro libras valía 30 pesetas y un jornal 25 pesetas, así estaba la vida de mala. Por eso debemos apreciar la vida en que vivimos.

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