martes, 11 de octubre de 2011

LOS ABUELOS

Estas palabras van dedicadas a todos los abuelos del mundo porque se lo han ganado a pulso.

Hoy os quiero recitar una bonita poesía basada en realidad.

A esas abuelas tan buenas que primero fueron esposas, después fueron madres y más tarde han sido abuelas. También fueron mujeres trabajadoras, luchadoras y dueñas y señoras de su casa y su familia.

Habéis criado a vuestros hijos con mucho cariño y respeto pero os han quedado fuerzas y voluntad para criar a vuestros nietos. Esos nietos que lleváis con todo cariño y respeto y que dais cobijo bajo vuestro techo. Un techo que a todo el mundo acoge y es que un padre es para cien hijos aunque los padres sean muy pobres.

La vida es muy bonita si la sabemos llevar, respetando a todo el mundo y a los tuyos en especial y darás buen ejemplo para los que vienen detrás.

Esos abuelos inseparables que cada día se quieren más que se olvidan de lo malo y se vuelven a casar. Celebran las bodas de oro y se dedican a viajar. Ellos quieren disfrutar, ya que la vida son dos días y hay que aprovechar.

Se vuelven muy modernos con su móvil enganchado, con la mano a la cintura o cogiditos del brazo. Han aprendido a hacer la cama, también a planchar los trapos, van y hacen los mandaos. todo lo que su mujer necesite para sentirse feliz.

Están dando un buen ejemplo, por mucho tiempo que lleven juntos ellos se siguen queriendo.

Es un cariño profundo y verdadero porque tienen mucha experiencia de aquellos viejos tiempos.

Antes mientras la madre secaba la ropa a la lumbre y pegaba algún remiendo, el padre le hacia las albarcas a los muchachos y así se pasaban la mayor parte de la noche, alrededor de la pava, que es así como se le llamaba a esas lumbres de paja.

Al día siguiente ya estaban dispuestas a lo que hiciera falta. Lo mismo se ponían un delantarillo, que cogían un almocafre.

Así es la vída de estos abuelos tan buenos y amables que nos demuestran su vida como la recibieron de sus padres.

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